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domingo, 8 de abril de 2012

TRATO Y MALTRATO EN LAS PAREJAS

El amor es como un sueño, un sueño que construimos para encontrarnos con el otro y ese sueño implica, como cualquier formación del inconsciente, la necesidad de nuestra atención y nuestro coraje.  Aún así, como dice Roland Barthes en Fragmentos de la vida amorosa, siempre acaba en pesadilla.

El amor es la posibilidad de creer en el otro, de trascender su neurosis, sus defectos, sus miserias, su inconsistencia. El amor es como un sueño diurno, una fantasía que construimos y que nos permite que todo lo pulsional no nos lleve totalmente a la deriva de nuestro deseo. El amor es la posibilidad de incluir al otro en el cálculo subjetivo de la vida.

La disimetría fundamental de los sexos - las teóricas del feminismo se han planteado esto desde muchas perspectivas del saber - hace sentir su huella en cada encuentro amoroso y la inconsistencia estructural del humano traza el camino de su resolución. Además, lo social y sus límites - sean los que sean - configuran en cada cultura los elementos ideológicos que sostendrán las conductas y sus coartadas.

Lo traumático repite incesantemente su inscripción y la responsabilidad de cada uno es el límite entre el goce que no hace vínculo y el amor que tiende a lograrlo. "Sólo el amor permite al goce condescender al deseo", es la formula que en su reverso da cuenta del trato y maltrato en cada relación humana.

El matrimonio puede constituir un aplastamiento de la alteridad de la mujer, ya sea por el hombre, ya sea por la mujer misma. Forzar la semejanza, la identidad, la identificación narcisista entre los esposos es una pendiente peligrosa. No hay armonía entre los sexos, hay disimetría, alteridad.

Hoy vivimos una mutación que va en la dirección de la igualdad. Hombres y mujeres son iguales ante el derecho, ante la ley, ambos son sujetos de derecho.

Por otra parte verificamos que hoy día hay una tendencia de la mujer a masculinizarse. Es común verla adoptar semblantes masculinos y de poder. Incluso se esfuerzan a veces en hacer del hombre un medio de goce, un objeto que usan y tiran, pero eso es en realidad mentiroso. Si por ejemplo nos detenemos a hablar con las adolescentes de hoy, vemos que están ocupadas pensando en el amor, mientras que los chicos cuentan el número de sus conquistas. Es verdad que hoy día ellas van a la cama más fácilmente y que ya casi no llegan vírgenes al matrimonio, pero siguen yendo a la cama por amor.

En el texto "El Hueso de un análisis", J.A.Miller nos dice que "cuanto más la mujer existe desde el punto de vista del derecho, más desaparece bajo la máscara masculina". Consideramos que esto es un efecto de estructura, a pesar de que seamos progresistas y que defendamos el derecho de la mujer.

Hay una dificultad contemporánea en relación al amor, es lo que vemos diariamente en nuestras consultas. La mujer ha conquistado importantes derechos pero por otra parte esto ha producido una dificultad del lado del amor.
La vertiente contraria al amor es el goce, y es esto lo que se verifica socialmente, hay una promoción de mercado, una industria del goce que desvaloriza el amor. Los números de teléfono eróticos son un ejemplo de ello.

Es Miller quien postula que "el secreto del masoquismo femenino es la erotomanía, porque no es que él le pegue lo que cuenta, es que ella sea su objeto, su síntoma y tanto más si eso la devasta".

Hay un cambio de época, esto es indudable, la mujer tiene hoy más libertad que antes pero nada cambió en la estructura.

Del lado hombre, el goce es limitado, circunscripto, localizado, contabilizable puede incluso necesitar de un pequeño detalle como una forma precisa de senos o de trasero.

Mientras que del lado femenino se impone una relación con lo ilimitado (de allí el término erotomanía utilizado por Miller). La demanda de amor en la sexualidad femenina es una demanda que tiende hacia el infinito y que va más allá de todo lo que pueda ofrecérsele como prueba. Es común pensar que en el tema de los malos tratos un hombre puede matar por amor, pero considero que allí hay una confusión de términos. Quizás mate por pasión pero no por amor. 

Para amar es preciso hablar, el amor es inconcebible sin la palabra y justamente porque amar es dar lo que no se tiene, no se puede dar lo que no se tiene a menos que uno hable. Es hablando que damos nuestra falta en ser. Considero que en los malos tratos se encuentra una dificultad con el amor del lado hombre y un estrago con la pareja del lado mujer, donde el amor se confunde con la pasión o el goce.

Lacan habla de un amor sin límites, que esencialmente es un amor no condicionado por el Otro… esto significa esencialmente que el amor no está sometido a pruebas de su existencia constantemente. Una cosa es el amor, y otra las pruebas de amor; éstas se agotan en el mismo acto en que se dan. Están sometidas a una demanda infinita.


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